CAPITULO 5 - SANCHINA

 



Sanchina fue mi compañera de trabajo y de fatigas. Fuimos las únicas que empezamos y terminamos juntas el contrato. Trabajar le hacía mucha ilusión porque tenía novio. Su novio estaba en Nueva Galia y ella quería ahorrar dinero para irse a vivir con él.

Sanchina era una mujer callada, aparentemente tranquila. Era no fumadora y no bebía en horario laboral. Iba a lo suyo, que era trabajar. Quizás esta fue la razón por la cuál nos entendíamos bien en temas laborales y nuestro trabajo salía adelante.

Cada día, en la hora del desayuno, su novio la llamaba por teléfono y hablaba con ella e incluso le decía que me diera saludos. A Sanchina se la veía muy ilusionada y así estuvo varios meses.

Algo cambió en la vida de Sanchina. De un día para otro, su novio dejó de llamarla y era otro hombre quien la llamaba por teléfono a la hora del desayuno. Sus conversaciones no se parecían en nada a las habituales. Con aquel hombre, ella tenía conversaciones subidas de tono (más bien por parte de él) y poco apropiadas para la hora y lugar.

Su comportamiento me pareció extraño. Intuía que algo raro estaba ocurriendo y no sabía qué podría ser. Pasaban los días y Sanchina se estaba volviendo diferente. Tan diferente estaba, que, llegado el momento, me planté y le pedí explicaciones porque había cambiado, incluso en su rendimiento laboral.

Sanchina no me dio explicación alguna. Sino todo lo contrario, se cerró en banda, se resintió y dejó de hablarme. Aún así, algo había en ella y ese algo no era nada normal.

Decidí hablar con otras compañeras por si alguien pudiera saber qué le estaba pasando y ayudarla, pero nadie me hizo caso. Incluso pedí cita y hablé con Reparo. Tampoco me hizo caso. No le dio importancia alguna a lo que yo le decía. Pasó olímpicamente de mí.

Nuestro contrato finalizó y yo me fui del Área del Cuarto.

Pasaron unos meses y, una mañana, me puse a leer la prensa local y vi la foto de Sanchina en una noticia. ¡Sanchina estaba involucrada en algo muy, muy grave!

Al leerlo, me quedé estupefacta y desde entonces, sigo pensando que lo de Sanchina pudo haberse evitado.

Aunque solo fuese una intuición ¡Lo de Sanchina pudo haberse evitado!

Aquí Sofía, desde Tierra de Caciques, criticando las injusticias y haciendo uso de uno de los pocos derechos que me han dejado.(Constitución Española de 1978 - Artículo 20)

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