CAPÍTULO 7 - ¿ABUSO DE PODER O REPRESALIA DESCOMUNAL?

 




En el Área del Cuarto, Gastón se encargaba de organizar y ordenar las tareas diarias de cada trabajadora. Luego, al final de cada jornada, volvía para cerrar.

Al llegar al Área, cuando estábamos todas, Gastón nos dijo: “¡Todas pa’ dentro!” y entramos en el cuarto.

Al parecer, Nicolás ya sabía lo que nos iba a pasar. En la puerta estaba, frotándose las manos y deseando que llegase el momento de nuestra entrada en el cuarto. De hecho, así se lo había hecho saber a las demás.

Cuando entramos, Gastón nos dijo:

Que estábamos todas arrestadas y el próximo sábado saldríamos todas a las 12. Nos quedamos a cuadros, entonces, le pregunté: ¿Podemos saber por qué? Y respondió porque un grupo se marchó antes de la hora. Y si un grupo se marchó, ¿por qué estamos todas arrestadas? Entonces, cucaña, que estaba al lado de Gastón, se cabreó y dando voces se marchó diciendo: "¡ Sí, si! ¡yo me largo! ¡ Y después tienen la cara dura de decir que el otro es un gandul!. Refiriéndose, obviamente, a Nicolás. Intenté detener a Cucaña para que se quedase a hablar y no se quedó, siguió dando voces y se marchó. Entonces Nicolás dijo: ¿me llamaron gandul?, a lo que respondí: no trabajas, te largas, entonces ¿Qué eres? Pues un gandul.

Nicolás, que estaba en la puerta, entró en El Cuarto, todas las mujeres se hicieron a un lado. Había dos filas a izquierda y derecha. Gastón estaba al fondo. Nicolás y yo quedamos al centro. Algo me dijo, que no recuerdo, sé que le respondí: "Sí, sí. Tu los derechos te los sabes todos, pero los deberes se te olvidaron". Viéndose sin argumentos que no fuesen rebatidos por mí. Empezó a atacarme por lo personal y decirme: "¡Tu has tenido problemas aquí, allí y en todas partes!", "¡Tu estuviste en el calabozo!", "¡Tú estás loca, tu estás mal!". En ese instante, me empezó a cabrear, levanté mi puño izquierdo, con el dedo índice hacia arriba, lo puse delante de su cara y le advertí ¡ten cuidado, ten cuidado!. Pero Nicolás seguía insultándome. Me generó tal impotencia, que estuve casi a punto de meterle un puñetazo. En ese segundo de tiempo, reflexioné, me giré hacia Gastón y le dije: "¡A ver si haces algo, porque estoy viendo a éste tío estrellado contra la puerta!".

Gastón me dijo: "Tu lo insultaste a él primero" y les dijo a las otras dos ¡llévenselo y que le den una tila!. Culpándome a mí de lo que estaba pasando.

Y yo, cabreadísima, en medio de aquellas mujeres, dije:

¡Miro a un lado, hacia el otro lado, solo veo mujeres! ¿Saben lo que me hacen sentir? ¡vergüenza ajena! ¡sí! ¡vergüenza ajena! ¡y esas que dicen que son feministas parece ser que nos han vendido a todas! y todo, con un tío que "¡o nos folla o nos amenaza!" "¡una de dos!" ¿Qué mierda de reinserción es ésta que nos están dando? ¿Dónde está nuestro dinero?

Cuando terminé de decir estas palabras, vi que a mi lado había una mujer que me miraba de arriba hacia abajo con desprecio. Era Reparo Caquín, la líder del partido político al que había votado durante toda mi vida. Realmente había votado por unos ideales, pues, a esta mujer no la conocía de nada y era la primera vez que la veía. Algo dijo, que no recuerdo, a lo que respondí: ¡¿Ah, sí!? ¡Pues yo me voy a trabajar! Le dije a Sanchina, "cuando te digan, vamos". Y la esperé fuera del cuarto. Me sentía como una bomba atómica, parecía que todo mi cuerpo iba a explotar, sin embargo, nadie me ofreció una tila.

Nota: no tengo antecedentes penales, ni una multa, jamás he pisado un calabozo, pero no importa. Entré en el Área del Cuarto porque me quedé a cero euros de ingresos económicos, pero, no importa, da igual...


Aquí Sofía, desde Tierra de Caciques, criticando las injusticias y haciendo uso de uno de los pocos derechos que me han dejado (Constitución Española de 1978 - Artículo 20)

Comentarios

Entradas populares de este blog

CAPÍTULO 1 - LA SITUACIÓN DE LAILA

CAPITULO 4 - CATALINA

EL CUARTO - CUENTOS Y RELATOS CORTOS - PRIMERA PARTE - TODOS LOS CAPÍTULOS