Como la vida misma
Los años setenta fueron tiempos de electrodomésticos en auge y con ellos llegó la lavadora automática. Aún así, las mujeres continuaban lavando a mano cuando había ropa muy sucia. Casi todas las casas tenían cuarto pileta y huerto. Junto a mi casa, dentro de un pequeño huerto, había una cabaña de madera con techo de planchas de zinc que mi abuelo había construido. Incluso tenía puerta con cierre hecho a mano, también de madera. Una parte de ese cuarto lo usaba mi abuelo para guardar herramientas. La otra parte la usaban mi madre y mi abuela para lavar la ropa. La pileta era un recipiente grande, de cemento. Tenía un tapón de corcho, se llenaba de agua y allí lavaban. Al lado del cuarto pileta, había un aguacatero y tres bidones galvanizados. Esos bidones venían con aceite, luego se reciclaban y se usaban como depósitos. Uno se llenaba con agua potable y los otros dos se llenaban con agua de lluvia. El agua potable se usaba para lavar la ropa y el agua de lluvia se usa...