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Mostrando entradas de junio, 2024

EL CUARTO - CUENTOS Y RELATOS CORTOS - PRIMERA PARTE - TODOS LOS CAPÍTULOS

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  CAPÍTULO 1 - LA SITUACIÓN DE LAILA En un lugar, de cuyo nombre, prefiero no acordarme, había un cuarto. En aquel cuarto se daban las situaciones más soslayadas. Había un hombre, Gastón se llamaba. Por sus formas, era muy similar al personaje de "La Bella y La Bestia", pero, esta vez sin Bella. Gastón era machista, rudo, posesivo y putero. Digno de un “homenaje” y “reconocimiento” a su labor, (lo digo con ironía). Cierto día, realizábamos las tareas encomendadas. Mientras tanto, Gastón paseaba con el coche oficial. Era un coche blanco que llevaba serigrafiado el logotipo de la empresa. Paró donde estaba Laila y le dijo ¡sube! y ella subió al coche. Laila tardó en volver. Cuando regresó estaba afónica, me preocupé y le pregunté ¿Qué te pasó? y ella no respondió. Durante un instante, nos quedamos frente a frente, mirándonos a la cara. En ese espacio de tiempo, una lágrima recorría su rostro y el desconcierto quedó reflejado en el mío. Catalina se acercó y con cierta picardía l

CAPÍTULO 10 - EL CUMPLIMIENTO DE LA PENA

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  Y llegó el día de la pena. Nos “arrestaron” sin que hubiese alguna autoridad competente en la materia. El arresto consistió en lo siguiente: A las 7 de la mañana, Gastón nos ordenó salir desde un punto concreto y llegar hasta la Plaza de Caciques. A esa hora era de noche, había oscuridad y según íbamos avanzando en nuestras tareas, nos dimos cuenta de que estábamos solas, no había nadie más. Laila y yo hablamos. Nos habían puesto el mismo recorrido de la vez anterior y debíamos hacerlo en el mismo tiempo. Pues, el resto de personal laboral apoyaba la idea de la imposibilidad de hacer todo aquello en tan corto tiempo. Nos organizamos: Layla y Catalina por la izquierda. Sanchina y yo por la derecha. ¡Y vaya que si avanzamos! Fue parecido a una maratón donde ninguna se rindió. ¡Y realmente llegamos a la Plaza de Caciques en tiempo record! En la plaza estaba Cucaña, rodeada por el resto de personal e imitando mi forma de hablar y mis gestos en plan “tocapelotas”. Gastón se acercó rápidam

CAPITULO 9 - EL ARRESTO

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  Al día siguiente, martes, no fui a trabajar porque tenía cita médica en especialidades. De hecho avisé y entregué el comprobante de que había acudido a la cita. En El Cuarto ocurrió una bronca peor que la del día anterior. Al parecer, Cucaña habló para todas, también habló de mi sin estar presente y sin tener la oportunidad de defenderme. Habló muy bien de Nicolás y le expuso como víctima de nosotras. Argumentó que era imposible que nosotras hiciésemos aquel trabajo en tan corto intervalo de tiempo. Al final, según la irrefutable versión de Cucaña, Nicolás era la víctima y nosotras las verdugo. ¡Que baje Dios del cielo y lo vea! porque sigo sin entender nada. La realidad es que, mientras nosotras realizábamos nuestro trabajo, Cucaña se había entretenido en hablar con Nicolás. Por esta razón, el trabajo se les retrasó. Y pretendían que nosotras hiciésemos nuestro trabajo y el suyo. El de Cucaña por su "enorme experiencia vocacional en el puesto" y el de Nicolás "porque

CAPÍTULO 8 - ¿QUIÉN ES NICOLÁS?

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  Estos hechos son el preámbulo de lo que ocurrió en el capítulo anterior: Decía el Convenio Colectivo de los Trabajadores del Gobierno de Tierra de Caciques que había que tener especial cuidado con los drogodependientes (trato especial). Tendrían derecho a un trabajo si previamente habían hecho un programa de desintoxicación con un informe favorable. Sin embargo, esta norma no se aplicaba en Tierra de Caciques. Desconozco la procedencia de Nicolás, aunque intuyo que su entrada en el Área del Cuarto debió ser por una situación muy parecida a la de Cucaña. A Nicolás le habían colocado en diferentes puestos y siempre se quejaba. Otro tanto de lo mismo ocurría con sus compañeros, que también se quejaban de él. Por esta razón era el único hombre del grupo, además de Gastón. La estatura de Nicolás era, bajito, muy delgado, a veces descuidado. Realmente no trabajaba. Por esta razón, Gastón le encomendó la labor de supervisar nuestro trabajo. Dos veces lo enviaron con Sanchina y conmigo. A me

CAPÍTULO 7 - ¿ABUSO DE PODER O REPRESALIA DESCOMUNAL?

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  En el Área del Cuarto, Gastón se encargaba de organizar y ordenar las tareas diarias de cada trabajadora. Luego, al final de cada jornada, volvía para cerrar. Al llegar al Área, cuando estábamos todas, Gastón nos dijo: “¡Todas pa’ dentro!” y entramos en el cuarto. Al parecer, Nicolás ya sabía lo que nos iba a pasar. En la puerta estaba, frotándose las manos y deseando que llegase el momento de nuestra entrada en el cuarto. De hecho, así se lo había hecho saber a las demás. Cuando entramos, Gastón nos dijo: Que estábamos todas arrestadas y el próximo sábado saldríamos todas a las 12. Nos quedamos a cuadros, entonces, le pregunté: ¿Podemos saber por qué? Y respondió porque un grupo se marchó antes de la hora. Y si un grupo se marchó, ¿por qué estamos todas arrestadas? Entonces, cucaña, que estaba al lado de Gastón, se cabreó y dando voces se marchó diciendo: "¡ Sí, si! ¡yo me largo! ¡ Y después tienen la cara dura de decir que el otro es un gandul!. Refiriéndose, obviamente, a Nic

CAPITULO 6 - LA GUARDIA DEL SOMBRERO NEGRO

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  Por aquellos días, en Tierra de Caciques ocurrió un suceso muy grave, por esta razón, un miembro del Cuerpo de la Guardia del Sombrero Negro difundió unas fotos a través de Redes Sociales. Aunque este hecho es ilegal, fue apoyado y vitoreado por todos los habitantes de Tierra. En aquel momento, yo estaba trabajando en el Área del Cuarto y había un gran revuelo con aquel suceso. Días antes, había visto por la calle a un joven al que no saludé porque no le conocí. Parece ser que él si sabía quién soy. Debió ser que se sintió incómodo con mi no-saludo porque se acercó y en tono chulesco, me preguntó: _¿Quieres poner la cara por la mía en una foto?_ . No entendía nada de lo que aquel joven me estaba diciendo, pero, si que me hizo cabrear y le contesté. Vamos a ver: ¡¿Y ahora, por qué tengo yo que poner la cara mía por la tuya en una foto?! ¡¿Tú quién eres?! Automáticamente, el joven se tapó su cara con sus manos y se fue muy deprisa, huyendo, sin decirme nada más. Pensé que debía tratars

CAPITULO 5 - SANCHINA

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  Sanchina fue mi compañera de trabajo y de fatigas. Fuimos las únicas que empezamos y terminamos juntas el contrato. Trabajar le hacía mucha ilusión porque tenía novio. Su novio estaba en Nueva Galia y ella quería ahorrar dinero para irse a vivir con él. Sanchina era una mujer callada, aparentemente tranquila. Era no fumadora y no bebía en horario laboral. Iba a lo suyo, que era trabajar. Quizás esta fue la razón por la cuál nos entendíamos bien en temas laborales y nuestro trabajo salía adelante. Cada día, en la hora del desayuno, su novio la llamaba por teléfono y hablaba con ella e incluso le decía que me diera saludos. A Sanchina se la veía muy ilusionada y así estuvo varios meses. Algo cambió en la vida de Sanchina. De un día para otro, su novio dejó de llamarla y era otro hombre quien la llamaba por teléfono a la hora del desayuno. Sus conversaciones no se parecían en nada a las habituales. Con aquel hombre, ella tenía conversaciones subidas de tono (más bien por parte de él) y

CAPITULO 4 - CATALINA

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  Catalina era natural de Tierra de Caciques. Llamaba la atención porque en Tierra hay pocas personas pelirrojas con ojos claros. Su carita de “niña buena” y su expresión facial me decían que podría tratarse de una buena persona, a pesar de estar allí. Un día nos tocó trabajar juntas. Después de desayunar, tomamos café y encendí un cigarrillo. Catalina encendió otro. Al momento, empecé a notar un olor fuerte y extraño. Busqué la procedencia de aquel olor y me percaté de que ¡Catalina se estaba fumando un porro! Entonces, le dije: ¡Si quieres seguir fumando esa mierda, vete a una esquina donde nadie te vea, pero aquí, al lado mío, no! Después intenté llegar a un acuerdo con ella, para poder seguir trabajando y respetándonos mutuamente. Ese día hablamos de lo ocurrido con Laila. Catalina había estado varias veces allí y conocía bien todo cuanto acontecía en aquel lugar. En cambio, yo… era la primera vez que entraba en el Área del Cuarto y no entendía nada de lo que ocurría a mi alrededor

CAPÍTULO 3 - LA SAGA DE LOS PERLÁ

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  Cucaña Perlà era tosca y ordinaria como ella sola. No había hecho nada positivo por ganarse un puesto de trabajo. Sin embargo, allí estaba trabajando. Su padre, Merlín Perlà había sido funcionario y antes de jubilarse procuró un puestito para cada uno de sus hijos y consiguió enchufarlos a todos en el Gobierno de Tierra de Caciques, por eso, Cucaña tenía trabajo fijo. Merlín Perlà y mi padre habían sido amigos, sobre todo, de juergas. En mi casa se notaba la escasez de alimentos cada vez que estos dos elementos se dejaban el dinero en la casa de las putas. No ocurría lo mismo en casa de Merlín, pues a pesar del derroche, su economía permanecía eternamente intacta. Cucaña había heredado la costumbre de su padre, es decir, juergas de beber hasta el amanecer con su consecuente derroche. En este aspecto, era igualita a él. Al parecer, estas juergas no afectaban a su trabajo porque, aunque viniese de amanecida, igualmente se incorporaba a su puesto. Además, la suerte estaba de su parte po

CAPITULO 2 -LAILA

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  Estuve preocupada por lo que ocurrió con Laila. Quería entender lo que estaba pasando, la situación resultaba ser algo confusa y decidí ser prudente. A la mañana siguiente, me encontré con ella y el resto del grupo en El Cuarto. Su actitud era muy diferente de la que traía el día anterior. Aquella mañana Laila estaba sonriente, bromeando e incluso tonteaba con Gastón. Y yo, en vista de lo visto, pensé que lo mejor sería mantenerme al margen. Pues en lo que sea que haya ocurrido entre Laila y Gastón, le correspondería a Laila hacer una queja por escrito o poner una denuncia y a ella no se le veía ni la más mínima intención de quejarse o denunciar. De la noche a la mañana, Laila había tenido un cambio radical. Es decir “aquí paz y después gloria” o algo así. Laila era una mujer joven, hermosa e inmigrante. Había venido desde un lugar muy lejano. No se como llegó hasta Tierra de Caciques y no podía entender qué hacía trabajando en El Cuarto porque aquella no era su profesión real. Al

CAPÍTULO 1 - LA SITUACIÓN DE LAILA

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  En un lugar, de cuyo nombre, prefiero no acordarme, había un cuarto. En aquel cuarto se daban las situaciones más soslayadas. Había un hombre, Gastón se llamaba. Por sus formas, era muy similar al personaje de "La Bella y La Bestia", pero, esta vez sin Bella. Gastón era machista, rudo, posesivo y putero. Digno de un “homenaje” y “reconocimiento” a su labor, (lo digo con ironía). Cierto día, realizábamos las tareas encomendadas. Mientras tanto, Gastón paseaba con el coche oficial. Era un coche blanco que llevaba serigrafiado el logotipo de la empresa. Paró donde estaba Laila y le dijo ¡sube! y ella subió al coche. Laila tardó en volver. Cuando regresó estaba afónica, me preocupé y le pregunté ¿Qué te pasó? y ella no respondió. Durante un instante, nos quedamos frente a frente, mirándonos a la cara. En ese espacio de tiempo, una lágrima recorría su rostro y el desconcierto quedó reflejado en el mío. Catalina se acercó y con cierta picardía le preguntó: "¿a dónde fuiste?&